Lecciones para crecer
Lunes de reflexiones para empezar la
semana con el pie derecho chic@s.
Reconocer nuestros errores jamás es
fácil pero ¿por qué no empezar a limpiar nuestra consciencia y dejar de cargar
energías negativas? Liberemos nuestro ser y vivamos mejor
con nuestro yo interno.
Recuerda que, si tienes alguna
sugerencia, contáctame visitando mis redes sociales, ¡me encantaría ponerme en
contacto contigo! Los enlaces los encontraras en el blog.
Excelente semana y buenas vibras.
La lección del arrepentimiento
Cada uno de nosotros está en este
mundo para transformarse espiritualmente. Cómo lo logramos depende de muchas
cosas: las circunstancias en las cuales nacemos, las decisiones que tomamos o
las personas que conocemos, por nombrar algunas. A medida que cada uno de
nosotros crea su propio camino, es fácil desviarse o darnos cuenta de que no
estamos preparados para transitar el camino delante de nosotros. Todo esto es
parte del proceso. La vida es, por supuesto, una serie de lecciones que nos
acercan a la realización de nuestro propósito. Sin embargo, hay una cosa que
puede inhibir nuestro crecimiento si se lo permitimos: el arrepentimiento.
Los psicólogos opinan que no estamos
configurados para sentir el arrepentimiento del mismo modo en el que lo estamos
para sentir otras emociones, como la alegría, el dolor o el temor. Es algo que
se desarrolla en la niñez cuando comenzamos a entender cómo funciona la ley de
causa y efecto. A partir de entonces, parece que no podemos evitar el
arrepentimiento. Después de todo, somos seres humanos y cometemos errores
continuamente. Cuando nos estancamos en ellos, los errores tienen el potencial
de llevarnos a un estado de reflexión del cual puede resultar difícil salir. El
peligro de esto radica en la pérdida de tiempo importante que necesitamos para
completar nuestro trabajo espiritual. El arrepentimiento puede prolongarse
durante meses o años, evitando que continuemos nuestro camino.
Michael Berg nos dice: “No nos damos
cuenta de que no tenemos tiempo ilimitado para corregir, elevarnos y crecer, ya
que una vez que el alma deja este mundo no hay más oportunidades”.
Por ende, depende de nosotros usar las
experiencias negativas como oportunidades para reflexionar y encontrar la
lección que el Creador desea que aprendamos. Si somos conscientes, podemos
utilizar el arrepentimiento como combustible para impulsarnos hacia adelante,
más fuertes y más sabios de lo que éramos antes.
Comienza por pedir perdón (si es
necesario) y por perdonarte a ti mismo. Permítete un indulto por tu falta de
juicio; ninguno de nosotros es perfecto. Date un poco de tiempo para considerar
cómo podrías haber hecho las cosas de manera diferente. Acepta esta lección e intenta
recordarla en el futuro.
Pregúntate qué tipo de persona te
gustaría ser. ¿Estás actuando en congruencia con la visión que tienes de ti
mismo? ¿Qué pasos puedes tomar para acercarte hacia tu mejor versión? ¿Cómo se
refleja esto en pequeña escala en tu vida diaria?
El cambio comienza ahora. Parece que
pensamos que siempre tendremos tiempo y damos excusas por las oportunidades que
hemos perdido porque pensamos que siempre encontraremos otra. Hablando en
términos kabbalísticos, esto no es cierto. Michael Berg explica: “El único
lugar en el que una persona puede corregirse y el único lugar en el que una
persona puede elevarse es el mundo físico. En los Mundos Superiores no hay
crecimiento. Un individuo no puede hacer el trabajo espiritual para
perfeccionar su alma o elevarse en los planos espirituales; eso sólo puede
lograrse en este mundo”.
Los kabbalistas enseñan que recibimos
el tiempo justo para lograr aquello por lo que fuimos puestos en este mundo, ni
más ni menos. Es por ello que no tenemos tiempo que perder. Karen Berg dice:
“Cuando hacemos una retrospectiva de nuestra vida, no deberíamos sentir
arrepentimiento porque no hicimos más; siempre podemos hacer más con los dones
y talentos que nos han dado. Llegará el momento en el que todos nosotros
veremos nuestro pasado y nos preguntaremos: ¿Hice suficiente? ¿Compartí mis
talentos? ¿Hay un lugar en el que pude haber hecho más?”.
No hay tiempo para el arrepentimiento
a menos que lo utilicemos como una herramienta para la transformación. Los
momentos que desperdiciamos por pensar en el arrepentimiento no regresarán a
nosotros. Nuestro trabajo espiritual es continuo. Es por ello que las
oportunidades que nos llevan al siguiente nivel se presentan por sí solas
continuamente. Búscalas y actúa.
Ahora es el momento.
Fuente Kabbalah.com
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