De viaje con tu dieta Paleo

Amig@s qué tal su fin de semana, bienvenidos una vez más.

Hoy iniciaremos la semana con un poco de información acerca de que podemos comer cuando viajamos y estamos en un régimen paleo.

¿No les ha pasado que al momento de viajar, aparecen las dudas sobre que alimentos podemos consumir, sin romper la dieta de paleo? Este es un escenario muy normal y recurrente, que termina complicándonos el poder seguir con la dieta. Pero no te preocupes, para todo hay alternativas.

Adicionalmente, mis redes sociales Facebook, Twitter e Instagram tienen material que pueden comentar y utilizar en su día a día.

Besos y saludos.

Consejos para seguir con tu dieta Paleo 

PLANIFICA
Primero tienes que pensar en el número de días que vas a estar de viaje o vacaciones or whatever (hablo spanglish… lo siento…)  ¿Cuántos desayuno tendré que comer? ¿Almuerzos? ¿Cenas? ¿Me da hambre entre comidas? Si la respuesta es sí, ¿cuántos snacks debo llevar? El lugar donde voy tiene agua potable ¿o tendré que llevar un filtro o comprar agua embotellada?

También tendrás que tener en mente el tipo de actividades que llenarán tus días. ¿Es un viaje de negocios y no vacaciones, donde vas a estar en reuniones la gran mayoría del tiempo? Si este es el caso, lo más sencillo será llevar tus propios alimentos y bebestibles a las reuniones para poder comer comida de verdad al almuerzo. También lleva tu tentempié para que no te tientes con las galletitas y pasteles y sandwich en los descansos.

O tal vez en tus vacaciones vas a salir en un tour. También te sugiero que lleves tu propia comida, tanto para los snacks como para la comida del medio día, pues típicamente estos eventos incluyen un almuerzo de un sandwich y otras cosas no conducentes a que te sientas bien y puedas disfrutar tu día.

O tal vez vas a estar comiendo mayormente en restaurantes. Cómo encontrar cosas que comer en restaurantes se merece su propio artículo, pero como orientación básica:
  • NO TENGAS TEMOR DE SER “ESA PERSONA”. Ya sabes cuál. Esa que todos los meseros odian, que tiene una lista interminable de preguntas: qué contiene esto, qué contiene lo otro; si contiene gluten, cualquier harina, migas de pan, galletas de soda (si te gusta la comida peruana, SIEMPRE pregunta si las salsas contienen galletas de soda. La salsa huancaína muchas veces tiene.) Que si contiene lácteos, que (si no puedes consumir solanáceas) si contiene tomates, papas, berenjena o cualquier tipo de ají, morrón o pimentón. Sí, a mi también me carga ser ESA PERSONA. Pero al final, es tu salud, y es perfectamente aceptable que hagas todas estas preguntas. Más que aceptable, es necesario que las hagas. Así que pierde la vergüenza y pregunta no más. Por supuesto, con amabilidad y con una sonrisa y, si eres como yo y realmente te da lata tener que interrogar al camarero, pídele disculpas también, simplemente para hacerte sentir menos… awkward…
  • Si solamente hay sandwicherías, pide uno “al plato” (sin pan) y sin mayonesa (por el aceite vegetal alto en omega-6 y por ende pro-inflamatorio). Y por supuesto, si tienes alguna alergia o intolerancia, pregúntale al staff si el sandwich que quieres contiene alguno de los ingredientes que no puedes consumir.
  • Evita todo lo que diga “frito” (como pescado frito o filetitos de pollo frito) pues casi siempre contienen harina de trigo o migas de pan o algo igualmente dañino para tu cuerpo. Y también por el aceite que se usa (vegetal, canola, soya = alto en omega-6 = pro-inflamatorio = enfermedad)
  • Pide tu proteína preferida, por su puesto preguntando si está preparada con alguna salsa y qué contiene la salsa (indicando las cosas específicas que no puedes comer), y si no lleva salsa, pregunta si la preparación incluye algún otro ingrediente que no toleras. Si trae acompañamiento, pregunta qué es y, si es arroz o algún otro carbohidrato alto en almidón y bajo en densidad nutritiva, pregunta si puede ser reemplazado por verduras salteadas (en mantequilla) y/o una ensalada. Pide la ensalada sin aderezo (por el aceite y el gluten que muchas veces contienen como espesante) – pide que te traigan el clásico aceite de oliva y/o aceto balsámico y jugo de limón.
LLEVA COMIDA QUE YA PREPARASTE
Antes pensaba que si la habitación de hotel u hostal en el que me iba a quedar no incluía frigobar o si yo no pudiera al menos llevar una hielera con toda mi comida, no podría ir de viaje… Hasta que fui a interpretar dos días de sesiones de capacitación en una minera en Calama (en pleno Desierto de Atacama) donde, a pesar de haber pedido expresamente que hubiera un mini-refri en mi habitación, no había nada para mantener frío mis alimentos. Claro, yo pensaba que nos íbamos a quedar en un hotel, como lo había hecho las otras veces que había ido a interpretar en cosas de minería en el norte de Chile. Nop. Esta vez tuvimos la genial experiencia de quedarnos ¡EN EL CAMPAMENTO MISMO DE LA MINERA! ¡Fue espectacular! Claro, había un enorme comedor donde todos los trabajadores van a comer y donde nosotros también comeríamos, pero como no nos avisaron de esto de antemano (clásica falta de comunicación en mi bello país), yo hice lo que siempre hago en estas situaciones y llevé toda mi propia comida ya preparada. Cuando fui a ver el comedor, vi que efectivamente pude haber ido allá para las comidas y haber estado perfectamente feliz. Qué bueno saber que, incluso en medio del desierto más seco del mundo, los mineros de esta empresa en particular tienen acceso a una excelente nutrición (si es que decidían no solamente subsistir de las pizzas y el spaghetti y las tortas y cereales y pan que había en abundancia…).

Cuando fui a la minera, y cada vez que viajo, llevé carne ya preparada y CONGELADA (esa es la clave: llevar tus proteínas cocidas CONGELADAS – si no tienes refri, la carne debería durar unos dos días, dependiendo del calor que haga en el lugar al que vayas).

¿Cuáles son mis alimentos favoritos para llevar cuando voy de viaje?
Bueno, como ya dije, la clave para las proteínas de músculo animal es que las lleves congeladas.

¿Pero qué llevo en específico?
En cuanto a proteína, mi favorita es las hamburguesas marroquíes con panita escondida. Son fáciles de transportar, las puedes congelar con facilidad, no hay problema si no tienes  tenedor y cuchillo – las puedes comer con las manos, y son MUY densas en nutrición, gracias al hígado.

Si al final te falta proteína, siempre puedes pasar a un supermercado y comprar un pollo asado. Como siempre al comprar algo preparado, estudia cuidadosamente los ingredientes.
  • Pescado enlatado (sardinas, salmón, atún, jurel) es SUPER fácil de transportar. Siempre llevo más de lo que voy a necesitar, por si acaso.
  • Para verduras, lo más sencillo es llevar cosas que puedas comer crudas. Técnicamente, todas las verduras se pueden comer crudas (o prácticamente todas), pero algunas son más difíciles de digerir en su estado natural que otras. A mi me gusta llevar zanahorias, pepinos, aguacates y pimento morrón… De todo un poco. He aprendido que si le echas mantequilla al zapallo camote cocido (más o menos como el pumpkin), y si no va a estar siempre refrigerado (como cuando lo llevas contigo en la mañana para comerlo al almuerzo y es pleno verano y hace calor, se va a poner rancia la cosa – la mantequilla se echa a perder y le da un sabor ácido al zapallo. No lo recomiendo.
  • Frutas… Trato de no enfocar mi alimentación en frutas, pues es muy importante mantener tu azúcar en sangre bien equilibrado y el comer mucha fruta (más de dos porciones al día) no te ayuda con eso. Lleva cítricos (naranjas, pomelos, limones) pues son fáciles de transportar y tienen niveles más bajos de azúcar. Los berries (frutillas, frambuesas, arándanos) también son bajos en azúcar pero son súper frágiles – no “viajan” bien. Las manzanas, uvas y todas las frutas que contienen cuesco y toda la fruta tropical son muy altas en azúcar, así que limita tu consumo de ellas. Y las frutas secas… cómelas con moderación. Como son pequeñas, se nos olvida que cada una es una fruta entera y es muy fácil sacar la bolsita de damascos turcos de la despensa y sentarnos a ver una peli y Netflix..y de pronto, me doy cuenta que la bolsita está vacía. Hay muuuuucha azúcar en las frutas secas, así que, con tranquilidad, chiquillos.
  • ¡GRASAS! OK, estas son un poco más difíciles de transportar, pero igual se puede. Mantequilla siempre es una buena opción (Kerrygold o alguna otra marca que sea de leche de vacas de pasto). El aceite de coco solo lo recomiendo como compañero de viaje cuando es invierno, pues cuando hay más de unos 26 grados, se licúa la cosa y deja un desastre en tu maleta. Aguacate es mi grasa favorita para llevar de viaje. Un excelente snack, te llena pues es grasa. Es frágil, por lo que la llevo en un contenedor de plástico tipo Tupperware. Aceitunas también son una muy buena grasa. Compra de esas que son bajas en sodio. Los huevos duros también cuentan como grasa. Si tienes una botella de vidrio pequeñita que tiene una tapa excelente por donde no va a salir ninguna gota de líquido, puedes llenarla de aceite de oliva extra virgen y llevarla contigo.
  • Para snacks, las semillas y los frutos secos también son una buena opción, siempre y cuando no sean tu único snack. Ambos son bastante altos en omega-6 y si comes frutos secos con mucha frecuencia (más de unas 5 veces a la semana), en cantidades grandes (más de un manojo pequeño), y especialmente si tienes alguna enfermedad auto-inmune o problemas de inflamación, hay una posibilidad de que desarrolles una alergia. Sip, eso fue lo que me pasó a mí con las almendras. Hace un par de veranos, las empecé a comer todos los días, tal vez más de una taza a la vez. Y la Navidad antepasada, me comenzó a picar la lengua luego de haber comido una galleta de almendras que hice. Mal. Así que… Come frutos secos, pero con moderación.
VUELOS LARGOS EN AVIÓN
También me gusta mucho llevar huevos duros. Fáciles de empacar, son una buena adición al desayuno y también cumplen muy bien el rol de tentempié.

Este es un poco más complicado si vives en un país de América Latina donde generalmente no venden comidas procesadas Paleo en los supermercados. Pero no te preocupes, no te vas a morir de hambre si tienes un vuelo de ocho horas o más.

Primero, si va a ser un vuelo de más de 4 horas, come una comida grande y contundente antes de subirte al avión, ya sea en un restaurante del aeropuerto o de algo que hayas traído contigo. Así, por si no hay absolutamente nada que puedas comer en la cena del vuelo, tu estómago no te estará rogando que lo alimentes por un buen tiempo.

Para vuelos internacionales, lleva comida en su envase original.

A la policía internacional no le gusta mucho cuando llevas cosas caseras o fruta o verduras. Nop. Te hacen botarla en aduanas. Mezclas de frutos secos, si los toleras, siempre son una buena opción, como también lo es el charqui (carne seca). No huele muy rico… da un poco de vergüenza abrir el sobre arriba del avión, pero… prefiero no andar con las tripas sonando, gracias.

Pero para vuelos nacionales, no hay problema. Lleva comida “seca” en bolsas Ziploc y los líquidos en envases de vidrio (pequeños, de no más de 100ml o la cantidad que indique el aerolínea con el que viajarás) que no van a filtrar su contenido por la tapa. Lleva una ensalada o lo que te sobró del almuerzo o lo que sea, si es un vuelo nacional.

También lleva aceitunas. Fáciles de transportar, y como son grasa, te van a llenar y satisfacerte el hambre por mucho más tiempo que lo hará una fruta o verdura.

También me gusta llevar mi propia sal de himalayas y pimienta. Las echo en un botecito de esos donde viene la película para cámaras fotográficas, pero de esos botecitos bien bien bien herméticos. También podrías usar un frasquito pequeño de vitaminas o algo parecido.
Y por supuesto, siempre anda trayendo contigo una botella de metal para poder llenarla de agua en las fuentes de agua o en el lavamanos del baño.

Bueno, esas son las cosas que más llevo cuando voy de viaje. Espero te haya servido.


Vía SencillamentePaleo


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