La importancia de dar y recibir amor
Amig@s, buen inicio de
semana.
Esta vez empezamos con un
tema que seguramente nos ayudará siempre y en todo momento. Siempre será
importante dar todo sin esperar nada a cambio, aún así, es hermoso cuando nos
sorprenden, y sin esperarlo recibimos un poco de lo que damos con todo nuestro
corazón.
Mi blog está abierto a sus
comentarios y sugerencias, así como mis redes sociales.
Besos y buena vibra.
Acerca de dar y recibir amor
Muchas personas dejarán
una huella importante en nuestra vida. Sin embargo, aquellos a quienes
recordamos con nostalgia y cariño son a menudo quienes nos aman
incondicionalmente.
Dichas personas dan amor
sin intenciones ocultas: tienden una mano cuando lo necesitamos, nos confortan
cuando caemos y nos dan apoyo mientras nos esforzamos por alcanzar nuestras
metas. Constituyen nuestra comunidad, nuestra familia y nuestro sistema de
apoyo. Y no podríamos tener éxito sin ellos.
Si lo analizamos,
realmente hay sólo dos tipos de amor: el amor egoísta y el amor incondicional.
Todos hemos vivido ambos
tipos. Aquellos que son impulsados por el deseo de recibir algo de una
relación, aman egoístamente; incluso si ese “algo” que desean recibir es amor.
Por el contrario, el amor incondicional nunca se trata acerca de ganancias
personales, se trata acerca de amar a una persona exactamente por quien es; ya
sea buena o mala.
Piensa en tus relaciones
más importantes y pregúntate: ¿estás dando amor de forma incondicional?
El Centro de Kabbalah
enseña que debemos compartir con otras personas y amar de manera incondicional
para poder crecer espiritualmente. Esto parece obvio para la mayoría de
nosotros, pero si echamos un vistazo con sinceridad a nuestras acciones,
¿podemos realmente dar fe de que amamos incondicionalmente?
Karen Berg dice: “Debemos
aprender que cuando amamos a alguien —nuestra pareja, un amigo o un familiar— y
esa persona muestra cambios de humor poco agradables o nos alteran, aún debemos
darle amor sin intenciones ocultas, tal y como nos gustaría que esa persona nos
amara con todas nuestras flaquezas y defectos”.
Como seres humanos,
podemos fallar, así como aquellos a quienes amamos pueden hacerlo también.
Nuestra meta al compartir con otras personas es siempre dar amor sin imponer
estándares que deban alcanzarse, y esperar que los demás den el mismo amor
ilimitado a cambio. Sin embargo, esto no quiere decir que debamos tolerar el
abuso o un comportamiento inapropiado. Los límites saludables son necesarios en
todas las relaciones. Pero como Karen Berg señala: “Debemos permitirles a
quienes están cerca de nosotros sentir que forman parte de nosotros, aun cuando
no están en su mejor momento por así decirlo, o cuando actúan como niños en
lugar de como adultos”.
Cuando deseamos recibir
algo de otra persona para nuestra ganancia personal, complicamos la relación.
Nos volvemos antipáticos y puede que inconscientemente evitemos dar amor cuando
no obtenemos lo que queremos. Este comportamiento a menudo surge del
sentimiento de carencia en nuestra vida, una idea equivocada de que quienes
amamos pueden darnos plenitud de algún modo.
Nuestro trabajo espiritual
en esta vida es expandir nuestra capacidad de amar a los demás. El Centro de
Kabbalah enseña que es nuestro trabajo abrir nuestro corazón y compartir amor
con el mundo de manera incondicional. ¿Cómo sabemos si hemos alcanzado ese
nivel de amor?
Cuando nos importan tanto
las otras personas que deseamos compartir con ellas sin esperar nada a cambio.
La plenitud que encontramos en la vida se relaciona directamente con la
profundidad en la que hacemos que crezca nuestro amor incondicional por los
demás.
Ciertamente, el amor es
una necesidad básica del ser humano, pero no lo recibiremos de forma que
realmente nos dé plenitud hasta que aprendamos a darlo de forma incondicional.
Karen Berg dice: “Este es el regalo del amor incondicional. Y la única forma en
la que podemos recibir tal regalo es cuando somos capaces de darlo. Este es el
tipo de amor que el Creador tiene para nosotros”.
Cuando estamos listos para
dar amor, este regresará a nosotros de las maneras más extraordinarias.
Fuente Kabbalah.com
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