Eres tu propia motivación
Bienvenidos una vez más a este espacio.
Después de un breve descanso, aprovecho para presentarles un tema de transformación personal que les hará el día. Seguro sabes lo que es necesitar
la aprobación de alguien para tomar una decisión que al final solo será tuya, déjame decirte que de hoy en adelante no vas a considerar la intervención o
visto bueno de alguien más porque solo necesitas amarte y agradarte a ti mismo.
Tus comentarios siempre son oportunos y mejoran este blog.
Saludos.
Sin deslumbrar a nadie:
cómo terminar con la necesidad de agradar a las personas
Uno de los deseos más básicos del ser humano es sentirse amado y
apreciado. Cuando somos pequeños, buscamos obtener esta sensación de aprobación
de nuestros padres y familiares. Más tarde, intentamos deslumbrar a nuestros
compañeros, maestros y amigos. Este deseo es natural; forma parte de un anhelo
primario por pertenecer y ser aceptado como parte del grupo. En la adultez,
todos buscamos aprobación en algún nivel, ya sea por parte de nuestros jefes o
suegros.
Sin embargo, si no somos conscientes, este deseo puede volverse lo
suficientemente intenso como para perturbar nuestra relación con otras personas
y ser un obstáculo en el camino hacia nuestro crecimiento espiritual y nuestra
transformación.
El deseo de reconocimiento y aprobación surge en el salón de clases, en
el lugar de trabajo, en fiestas; básicamente en cualquier lugar donde
interactuemos con otras personas a quienes queremos impresionar. Es difícil
saber realmente con cuánta frecuencia caemos en esta trampa, ya que a menudo
buscamos aprobación sin siquiera darnos cuenta de ello. La próxima vez que
estés en una reunión de trabajo o compartiendo con conocidos, presta atención.
¿Terminas las oraciones de otra persona? ¿Pierdes información importante porque
estás pensando en lo que vas a decir después? ¿Te encuentras asintiendo a la
idea de otra persona y más tarde te preguntas por qué lo hiciste?
El problema con la búsqueda de aprobación es doble. Primero, cuando
nuestro impulso inmediato es impresionar a otras personas o ser aceptados por
ellas, sin saberlo puede que actuemos o hablemos en contra de nuestros valores
y creencias fundamentales, presentándonos a nosotros mismos de forma
equivocada. Segundo, cuando nos preocupamos por lo que otros puedan pensar
acerca de nosotros, no estamos realmente escuchando lo que ellos tienen para
decirnos.
Michael Berg dice: “Cuando buscamos aprobación, es muy probable que
perdamos nuestra conexión con la Luz del Creador, que es irónicamente la fuente
de todos nuestros talentos. La aprobación puede ser peligrosamente seductora
aun para la persona más elevada espiritualmente entre nosotros”. Cada
interacción que tenemos en el mundo es una oportunidad para compartir o recibir
Luz. Para que dicho intercambio ocurra, debemos permanecer abiertos y escuchar.
Cuando nos preocupamos por lo que otras personas piensen de nosotros o nos
preguntamos si los hemos impresionado, resulta imposible ser un canal abierto
para la Luz.
Una historia relata que un hombre se acercó una vez al Rey David y le
dijo: “Tú me dijiste que si dejaba de perseguir el respeto y el honor, y
simplemente actuaba con integridad y honestidad, entonces con el tiempo el
respeto y el honor me encontrarían. Pues bien, eso he hecho y nada ha cambiado.
Ahora estoy al final de mi vida y sigo trabajando sin recibir grandes honores
que contar”.
El Rey David le respondió: “Mientras huías del honor, ¿cuántas veces
volteaste a ver por encima de tu hombro cuán lejos estaba de ti?”.
Tienes el poder para encontrar plenitud en tu interior. El trabajo
espiritual conduce a la apreciación propia, no sólo por las cosas que hacemos
bien, sino por la forma en la que fallamos y buscamos la manera de hacerlo
mejor. Cuando estamos menos enfocados en impresionar a otras personas e
intentamos conectarnos más con el Creador, comenzamos a sentirnos más plenos y
menos deseosos de obtener satisfacción temporal en la aprobación de otras
personas.
Rav Berg dice: “No queremos ver fuera de nosotros mismos, sino más bien
necesitamos preparar nuestra vasija, mediante todos nuestros esfuerzos, para
recibir. Preparar nuestra vasija no es algo simple; se hace únicamente
atravesando nuestras dificultades y venciendo nuestros desafíos… Las cosas que
deseamos puede que no formen parte de nuestro paradigma de vida, y cuando algo
no llega a nosotros es porque no hemos construido nuestra vasija para
recibirlo”.
Puedes encontrar todo lo que necesitas al conectarte con la Luz del
Creador. Da la bienvenida a las oportunidades para compartir, aprende de los
demás y crecerás como persona. En lugar de planear la respuesta perfecta,
intenta escuchar realmente lo que los demás tienen que decir.
Dedica tiempo para conectarte cuando conozcas a alguien por primera vez;
mira a esa persona a los ojos y sonríe. Tu sinceridad impresionará mucho más a
los demás de lo que tú podrías hacerlo con un comentario ingenioso o sagaz.
Mantente fiel a tus creencias. Ser la voz solitaria de protesta es
especialmente difícil. Es mucho más fácil permanecer en silencio y asentir sólo
para ser aceptado. Sin embargo, compartimos más Luz cuando actuamos de acuerdo
con nuestros valores y nos deshacemos de la necesidad de complacer a otras
personas.
Fuente Kabbalah
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