Aprender de las experiencias
Miércoles, mitad de semana y estoy
fascinada de estar con ustedes una vez más.
Para poder crecer como seres humanos
es necesario que nos conozcamos por dentro y fuera. Debemos saber nuestras
fortalezas y virtudes pero también es importante saber de nuestros lados
flacos, lo que nos puede llegar a derrumbar pero esto nos va a servir para
sacar el mejor provecho de ello y así convertirlo en energía positiva que nos
saque de ese momento de oscuridad.
Recuerda que tú proyectas lo que
piensas y pides para los demás.
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mi Twitter, Facebook e Instagram.
Les mando mis mejores vibras.
Lo que el miedo puede enseñarnos
A donde sea que miremos, los expertos
en autoayuda nos alientan a superar nuestros miedos. Y si no podemos superarlos,
se nos dice que simplemente debemos ignorarlos. Desde luego, el miedo puede
impedirnos tomar riesgos sanos y perseguir nuestros más grandes deseos en la
vida, así pues, lo mejor para nosotros es evitar que el miedo controle nuestros
sueños y metas.
Sin embargo, los kabbalistas enseñan
que podemos aprender mucho de nuestros miedos. De hecho, nos conviene observar
con más atención aquello que nos asusta más.
Se nos ha enseñado a creer que el
miedo es malo. No obstante, es natural sentir algún elemento de miedo cuando se
nos presenta una oportunidad. El miedo podría llevarnos a preguntar: ¿Y si
fallo? ¿Qué pensará la gente de mí? O ¿Tengo lo necesario? Todas son preguntas
válidas, pero, si ahondamos en ellas, podríamos encontrar la fuerza que necesitamos
en las respuestas.
En lugar de permitir que el miedo tome
decisiones por ti, piensa en la manera en la que puede señalarte el camino
hacia tus sueños. Cuando examinamos el miedo, vemos mejor su origen y separamos
lo racional de lo irracional.
Algunos miedos racionales son:
- Caerse de una escalera alta que no tiene buen soporte.
- Manejar un automóvil con llantas desgastadas.
Estos miedos son sanos e importantes.
Nos permiten saber cuándo estamos en peligro.
Escuchar nuestros miedos racionales
nos lleva a tomar medidas de seguridad para evitar que ocurran accidentes.
Además, un miedo sano no es un miedo activo. No pasamos horas de nuestro día
pensando en estos miedos. Sólo aparecen cuando los necesitamos. La mayoría de nuestros
miedos son racionales.
Pero, ocasionalmente, nuestros miedos
son controlados por nuestras emociones. Por ejemplo:
- Hablar frente a un público.
- Una entrevista de trabajo.
- Presentarte a un desconocido.
Este tipo de oportunidades pueden hacernos
sentir incómodos; nos invitan a salir de nuestra zona de confort e intentar
cosas nuevas. Sin embargo, ninguno de estos miedos son parte de la
autopreservación; más bien son autosabotaje. Cada uno de los ejemplos de miedo
irracional citados tiene el potencial de revelar una gran cantidad de Luz en tu
vida y en el mundo. Al dejar que el miedo esté por encima de estas
oportunidades, evitamos darnos cuenta de nuestro potencial total y fortalecer nuestra
conexión con el Creador.
Karen Berg dice: “El desafío es
reconocer cómo y dónde nuestros miedos y las emociones que los acompañan nos
impiden avanzar hacia nuestra meta. ¿Tenemos miedo de no agradarle a la gente?
¿Tenemos miedo de que no nos acepten? ¿Tenemos miedo de no poder hacer lo que
queremos? Puede ser más cómodo vivir en el pasado en lugar de enfrentar la
incertidumbre que acompaña al futuro. El pasado es 100% conocido. El problema
es que, si nos quedamos en el pasado, no podemos avanzar hacia el logro del
propósito de nuestra vida”.
Cuando los miedos aparezcan en tu
vida, detente y piensa en la raíz. Hemos sido condicionados a evitar las cosas
que tememos. Esto crea un patrón del cual es difícil de salir.
Nuestro trabajo es usar nuestros
miedos para encontrar las cosas incómodas que debemos hacer. Si no aprendemos a
aceptar nuestros miedos y a aprender de ellos, nos arriesgamos a perder
oportunidades de crecimiento espiritual y la realización de nuestros sueños.
Es natural buscar la comodidad de lo
conocido. Pero recuerda, Michael Berg dice: “Cuando la Luz del Creador está
oculta, despierta miedo. De la Luz del Creador no puede venir nada negativo”.
No ignores tus miedos. Tómalos en tus manos hasta que aprendas algo de ellos.
Los miedos son tan grandes como los dejamos ser. Permite que el miedo sea una
herramienta para alcanzar tu máximo potencial. Cuando lo vemos a los ojos,
podemos fortalecernos y acercarnos al Creador.
Fuente
Kabbalah.com
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