Tips y conceptos básicos del Paleo

Excelente inicio de semana a todos chic@s, un lunes más en el que compartimos este espacio donde ya saben que encontrarán solo lo mejor para ustedes.

Hoy les traigo unos consejos buenísimos y algunos de los conceptos básicos para los que van iniciando el régimen alimenticio del Paleo, para mis amigos que ya entienden de estos términos no está demás que le den una revisada para ver si no se les escapa nada.

Recuerden que todo régimen alimenticio necesita llevarse al pie de la letra para tener los resultados deseados.

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Besos.

Conceptos básicos y tips para un principiante en el Paleo

Esa es la premisa básica de esta filosofía, el cuerpo humano en su ADN está programado para vivir como un cazador-recolector, por lo que los alimentos, el ejercicio y demás componentes de este estilo de vida son los que permiten a los humanos tener una salud óptima y una perfecta expresión de sus genes.

Lo mejor de todo es que adaptarse a esta premisa en el mundo moderno es realmente fácil (aunque cumplir al 100% no es para nada fácil), pero descubrirás que sólo con hacer unos simples cambios en tu dieta, ejercicio y estilo de vida, obtendrás increíbles beneficios como más energía, mejor salud, más fuerza y músculos, menos grasa y mayor felicidad en general.

De acuerdo, ¿Qué es lo que tengo que hacer?

1. Basar tu dieta en animales y plantas
Es básicamente lo que comían nuestros ancestros para obtener todos los nutrientes necesarios (proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas, minerales, antioxidantes, etc.). La lista es interminable, dependiendo de en qué zona del planeta estuvieran podían tener hasta 200 o 300 alimentos para elegir. El resultado era una dieta con una distribución de nutrientes muy diferente a la que se considera óptima actualmente. Era una dieta rica en proteínas y grasas, y era una dieta baja en carbohidratos.  Esta dieta les proporcionó al ser humano la capacidad de construir músculos fuertes, cerebros grandes, caminar largas distancias y tener un sistema inmunitario fuerte. Además comían esporádicamente. Cuando la comida era abundante, comían en exceso y almacenaban la energía como grasa. Cuando había épocas de escasez, sobrevivían con esta grasa almacenada. Esta forma de comer esporádica mantenía sus cuerpos preparados.

2. Muévete frecuentemente a ritmo lento
Se sabe que nuestros ancestros pasaban una media de varias horas cada día moviéndose a un ritmo que hoy describiríamos como “ritmo aeróbico bajo”. Cazaban, recolectaban, exploraban, migraban y escalaban. Esta actividad baja activaba sus genes para que construyeran un sistema circulatorio fuerte para dar energía a cada célula muscular y para convertir rápidamente la grasa en energía. Además no tenían carreteras, aceras ni zapatillas deportivas. Caminar por terrenos irregulares y probablemente descalzos hacia que cada paso cayera en un ángulo diferente por lo que cada músculo era trabajado para mantener el equilibrio. Ten en cuenta que nuestros ancestros no salían a correr al 80% de su capacidad máxima por largos periodos de tiempo como se suele hacer hoy en día.

3. Levanta cosas pesadas.
Las mujeres cargaban a sus bebés la mayoría del tiempo, así como pilas de leña, o cualquier cosa que hubieran recolectado. Los hombres cargaban lanzas pesadas y otras herramientas, además tenían que cargar los cuerpos de los animales que cazaban y movían grandes troncos y otros materiales para construir refugios. Además levantaban su propio peso para escalar árboles o cualquier otro terreno cuando necesitaran escapar de algún peligro o explorar el territorio. Las señales biomecánicas creadas por esos esfuerzos cortos e intensos generaban algunos pequeños cambios hormonales que incrementaban el tamaño y la fuerza de los músculos.

4. Corre muy rápido ocasionalmente
En un mundo en el que el peligro acechaba en cada esquina, la capacidad para correr era un buen indicador de si sobrevivirías lo suficiente como para tener descendencia y perpetuar tu ADN. Evitar una bestia salvaje para salvar tu vida o tal vez embestir con velocidad para cazar algo para la cena eran esfuerzos ocasionales que nuestros ancestros tenían que realizar para sobrevivir.  Esto producía unos efectos hormonales  y musculares que hacían que la próxima vez que fuera necesario, nuestro hombre paleolítico pudiera correr un poco más rápido. Recomiendo por lo tanto realizar una o dos sesiones de sprint a la semana, y obviamente no es necesario más que unos minutos (por ejemplo 3 sprints de 20 segundos).

5. Duerme mucho
Nuestros ancestros dormían muchas horas. Incluso después del descubrimiento del fuego, no se quedaban despiertos hasta tarde. Desde que se ponía el sol hasta que volvía a salir era más seguro estar agrupados y descansar. Largos días de caza y recolección y trabajar duro por cada alimento que conseguían demandaba un largo tiempo de descanso para reparar y recuperarse. Estudios de sociedades modernas de cazadores-recolectores indican que no era necesariamente 9 o 10 horas de sueño ininterrumpido, es probable que durmieran juntos en familia o tribus pequeñas, manteniéndose en vigilia ante depredadores, para cuidar a los niños o simplemente durmiendo en varias sesiones durante la noche. La hormona del crecimiento y la melatonina eran las hormonas afectadas. Por supuesto también de vez en cuando disfrutaban de una siesta ocasional, sin preocuparse de qué otras cosas deberían estar haciendo.

6. Juega
Igual que en los tiempos modernos, estar siempre trabajando sin tiempo de ocio no era algo que le gustara al hombre paleolítico. Los cazadores recolectores por norma general han tenido siempre menos horas de trabajo y más de ocio que la media actual de 40 horas a la semana. Una vez que la captura del día estaba asegurada o las raíces, frutos secos y bayas estaban recolectados, nuestros ancestros  dedicaban horas a varias formas de interacción social que hoy en día llamaríamos “juegos”. Los hombres jóvenes se perseguían y luchaban, previendo su posición en la escala social de la tribu. Los hombres seguramente practicaban su técnica con la lanza o lanzando piedras y perseguían pequeños animales por diversión. Las mujeres jóvenes es probable que pasaran tiempo cuidándose unas a otras. El efecto conseguido era crear vínculos sociales y promover la  segregación de endorfinas.

7. Coge sol todos los días
Los hombres de las cavernas no eran realmente hombres (o mujeres) que vivieran en cavernas todo el tiempo. La mayor parte del día se encontraban al aire libre haciendo sus labores esenciales para la vida. La exposición a la luz solar les daba mucha vitamina D, la cual es muy importante y no muy fácil de obtener de la comida.

8. Evita situaciones traumáticas
Nuestros ancestros requerían un agudo sentido de supervivencia, combinado con un afinado sentido de la observación. Siempre escaneando el terreno, oliendo, escuchando el ambiente, alerta ante el peligro y consciente de la acción necesaria para evitarlo, ya fuera correr para huir de un animal salvaje, esquivar un desprendimiento, evitar una serpiente venenosa, o simplemente no dar un mal paso. Un tobillo doblado o un codo roto podrían significar la muerte en aquellos tiempos. De hecho, es probable que fueran estas situaciones fortuitas (o un pequeño fallo de juicio) las responsables de la mayor parte de las muertes en aquella época ya que los cazadores recolectores que todavía existen en la actualidad mantienen buena salud y fuerza hasta pasados los 80 años de vida.

9. Evita las cosas venenosas
La habilidad humana para explorar casi todos los rincones del planeta fue en parte gracias a nuestra  habilidad para consumir muchísimos tipos diferentes de plantas y animales. Pero entrar en un nuevo ecosistema y probar nuevas comidas significaba un riesgo de que las mismas tuvieran potentes toxinas. Por suerte, nuestro hígado y riñones evolucionaron de forma que podían soportar la mayoría de vegetales nuevos pero un poco venenosos. Por lo menos lo suficiente como para mantenernos con vida. Nuestros sensibles sentidos del gusto y olfato también nos ayudaban a diferenciar lo bueno de lo malo. La razón por la que hoy en día nos gustan tanto las cosas dulces es probablemente una respuesta evolutiva a la casi universalidad en el mundo de las plantas de que lo que sabe dulce no es venenoso.

10.  Usa tu cerebro
Obviamente, una de las cosas más importantes que nos separa del resto de animales es nuestra capacidad intelectual. El rápido aumento de nuestra capacidad cerebral en sólo unos millares de generaciones es el resultado combinado de una dieta alta en grasa y proteínas (ver regla número 1) y nuestra  dependencia de los pensamientos complejos. Los cazadores recolectores alrededor del mundo han desarrollado lenguajes, herramientas y métodos de caza superiores de forma independiente. El hecho de que no hayan entrado en la era industrial no significa que no posean la misma habilidad para procesar la información de forma rápida y efectiva (intenta vivir en una jungla en la que tienes que catalogar miles de especies de vegetales y animales, sabiendo cuales te pueden envenenar y cuales te pueden alimentar).

Eso es todo

Con esto termina la lista completa (aunque generalizada) de los comportamientos que dieron forma a nuestro ADN (aunque dejando de lado la parte sexual, que por supuesto es un comportamiento perfectamente adecuado y recomendable, ya lo veremos en algún futuro artículo).

Si tienes alguna duda de si deberíamos emular o no los comportamientos de nuestros ancestros (aunque adaptados al mundo moderno) por lo menos date cuenta de que estamos intentando conseguir unos resultados que todos queremos. A todos nos gusta estar: saludables, energéticos, felices, delgados, fuertes y productivos.

Fuente EstiloPaleo


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